Los blogs personales han muerto

Los blogs personales han muerto. Es curioso que diga una afirmación así en un blog personal, pero es una realidad. Los blogs personales están en el ocaso de su vida. Se acabó, fue bonito mientras duró. Después de casi dos décadas de historia, los blogs en los que la gente contaba su vida nos están diciendo hasta siempre.

¿El motivo? Quizás la culpa de todo la tengan las Redes Sociales. En mi caso, Twitter mató a la… ¿estrella? del blog. La falta de tiempo, de interés, sea lo que sea, el caso es que he notado como los blogs personales pasaban de moda. Seguimos escribiendo en ellos, pero de forma casi testimonial, muy de vez en cuando. Mantenemos un fino hilo de vida en ellos, más por lo que han sido para nosotros que por lo que serán.

Nunca he sido un gran lector de blogs. Quizás por eso nunca fui un gran bloguero. Dicen que para escribir hay que leer. Durante diez años he escrito en esta página y apenas he leído otras más allá de las de mis amigos más cercanos y de forma muy esporádica. Y reconozco que hace tiempo que no lo hago, así me imagino que el resto del mundo ha optado por el mismo camino.

Esto no significa que el blog haya muerto. Todo lo contrario. El blog es una gran herramienta, ya fuese en 2004 o 2014. Sólo que hoy los blogs se han profesionalizado, o se han vuelto más específicos o técnicos. Leemos bitácoras sobre nuestras aficiones y gustos, pero apenas nos paramos a leer las historias de gente como nosotros. Está claro que al ser humano le sigue gustando escribir. Y seguirá escribiendo, pero bajo otros perfiles o usando otras herramientas.

Me da pena escribir algo así, más en un año especial para este blog, que cumple diez años en agosto. Pero por desgracia, es la realidad. Atrás quedaron esas competiciones por los Bitácoras, esos magníficos encuentros llamados Beers & Blogs y los EBE llenos de blogueros hablando de blogs. Echando la vista atrás, casi te parece que ha pasado un siglo desde aquellos tiempos.

Aun queda algún que otro lector y lectora de historias personales. A ellos nos debemos y no podemos hacer otra cosa mas que agradecerles su afecto durante tanto tiempo. No sé vosotros, pero yo no me he planteado nunca darle carpetazo a esta cosa. Para mí el blog no deja de ser un diario público que bien podría ser una autobiografía. Mi descendencia tendrá en mi blog 10 años de mi vida. Esperemos que sean unos cuantos más.