Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

18 años

Puede que suene algo pretencioso, pero el 27 de agosto de 2004 cambió mi vida para siempre. Por aquel entonces, un jóven de 18 años con acné y pelo largo decidió abrirse en un blog en el que contar sus peripecias y sus ideas. Ha pasado (literalmente) media vida desde que empecé a caminar por ese camino que ha acabado siendo mucho más largo de lo que jamás me pude imaginar.

Este blog ha sido un gran compañero de vida desde el primer día. Ha estado presente en todas las etapas más importantes de mi vida, desde mi proceso de maduración al duelo por la pérdida de mi madre. Me acompañó en todos mis amores y desamores y ha dado muchas horas de lectura a conocidos y desconocidos. Me arrastró hasta Sevilla y me ayudó a descubrir algo llamado Twitter, y en cierta forma y gracias a ello firmó su sentencia de olvido.

Han pasado muchas cosas en estos 18 años. Me he convertido en un adulto emancipado, con su trabajo serio y sus inquietudes de madurez. He perdido pelo, ganado peso y mantenido las gafas que siempre estuvieron ahí. He hecho muchas amistades y he perdido unas cuantas, pero esta bitácora siempre ha estado ahí, esperando ser alimentada con mis palabras. En el último lustro solo he pasado un puñado de veces para contar mis penas, y es algo que en el fondo me apenas, porque lo siento como si se tratase de un amigo. Porque este blog ha sido un confidente de todos los grandes hitos de mi vida durante muchos años.

Creo que todos los años digo lo mismo cuando llega esta fecha, pero voy a intentar que este año no lo defraude. Voy a intentar revivir a mi mejor amigo a base de juntar letras y construir frases con más o menos interés. Voy a volver a narrar mi vida y a compartir reflexiones en el blog, porque es una forma de documentar mis andanzas.

Felices 18, Diario de un Píxel. A por otra media vida.