Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

Qué cabrona es a veces la nostalgia

Estaba a punto de ducharme cuando me miré al espejo del lavabo y pensé que estaría bien reiniciar tu vida en un punto concreto. Volver a un momento importante que marcases y borrar todos los hechos que han acontecido después. Seguramente todo o casi todo cambiaría, o quizás no.

Medio en pelotas pensé que no sería mala idea y me pregunté hasta cuándo retrocedería y fijé el viaje sin retorno a mediados de 2008. Porque mi vida actual, mi vida adulta arrancó más o menos por aquellos días. Bueno, por aquel entonces apenas tenía 22 años y seguía siendo un cabra loca. Era capaz de acabar el mes con 50 euros en el banco, fundiéndome el sueldo en ropa cara y cosas por el estilo. Pese a ello, viví mis primeras vacaciones lejos de mis padres, y antes de eso una especie de romance muy bonito por Barcelona. Sí, va a ser que 2008 era un buen año para reemprender el camino.

Pude echarlo más atrás, pero no quería acercarme tanto al momento más duro de mi vida.  Pude ir a 2005 y haber gestionado mejor el duelo por la muerte de mi madre, pero fue algo tan duro que intento olvidarlo. No, definitivamente me quedaba en 2008. Tenía amigos, alguien a quien quería, algo de dinero y estaba cerca de arrancar mi vida solo en casa. Molaría reencaminar mis defectos y mis errores de los últimos 10 años pero con mi madurez actual.

Ya bajo la alcachofa de la ducha, en lugar de estar cantando o tarareando alguna tontería, seguí con el tema. Y pensé que es muy bonito resetear y olvidarte de lo malo, ¿Pero y lo bueno? He cometido muchos errores y probablemente haya cosechado más fracasos que éxitos, pero hay cosas bonitas durante esta última década. Y pensé en Argi, el perro de mi padre, que es una de las cosas que más quiero junto a él. Y pensé en esas personas que han estado ahí y siguen estándolo y que me daría pena no haberlas conocido. Y con sus momentos duros, mi trabajo me está haciendo vivir experiencias gratificantes. Y mi madurez fotográfica, mis viajes a Estados Unidos o mi pequeña pasión por Berlín. Mira, definitivamente prefiero no tomar parte en ese viaje.

Como he dicho, he cometido muchos errores en mi vida, pero sin ellos no sería quien soy. Es necesario fracasar para ser mejor, para hacerlo mejor en el futuro. Incluso es necesario fallar para endurecerte en esta vida tan complicada. Es cierto que el pasado tuvo momentos preciosos y que la nostalgia es tan cerda que sólo viene cargada de buenos momentos. Hay cosas que me gustaría revivir de aquellos años de veinteañero, pero también te digo que no estoy muy seguro de que hoy, con mis conocimientos lo disfrutaría más. De ahí que entré en la ducha pidiendo volver al pasado, pero salí rogando que el futuro me trajese muchas experiencias.

Cosas de empezar a hacerse viejo.