Durante mucho tiempo, fui un pureta en Instagram. Subir fotos que no estuviesen hechas con el móvil me parecía una vergüenza. Con el tiempo fui aceptándolo, hasta empecé a ser un “tramposo”. Pero siempre, siempre he tenido bastante odio a una acción que se repite a diario en mi timeline fotográfico: la sobre-explotación de etiquetas en una foto. Es algo que no entiendo ni entenderé. Es más, creo que es una acción que no dice nada genial sobre ti.
Me encanta ver a conocidos/as que usan diez, quince o más etiquetas en sus fotos de Instagram. Etiquetas que en algunas ocasiones rozan lo absurdo como #acostado, #sofá, #sombra o #paraguasroto. Nunca faltan las clásicas de Igers (la local, la provincial y hasta la autonómica), así como las de Pic of the day, Instadogs/cats/cars/coños y un sinfín de categorías que nunca en tu sano juicio visitarías.
Sólo se me ocurre una razón para esta acción: crecer en número de seguidores. Ganar visibilidad y tener más fans, más likes, más todo. Sin embargo, la gran mayoría de perfiles que captas con esas etiquetas tan generalizadas son bots, spamers, cuentas que buscan followback y que realmente nunca te harán caso y similares. ¿Realmente quieres eso? ¿Crecer aunque sea a base de gente que pasa de tu culo? Bueno, esto es así sin hacer tanta chuminada, pero al menos no pecas de enseñar el hambre de tu ego.
Una cosa es publicar tus fotos en auténticos bancos de imágenes como 500px o Flickr, donde la gente busca fotos para sus trabajos, sus negocios o para una expo, y otra es Instagram. Llevo ya más de cinco años en Flickr, donde mis fotos están organizadas en albumes y están totalmente etiquetadas para que la gente las encuentre de forma fácil. Esto hace que se usen en webs, prensa, en la Wikipedia o en toda clase de sitios. La gente que busca una foto para un uso, casi siempre busca primero en bancos como ésos y no en Instagram, donde navegando en #picoftheday se puede encontrar desde un amanecer de gran calidad a los calcetines con un tomate de tu primo Ignacio.
Usa dos o tres etiquetas de calidad, que realmente capten la esencia de fu fotografía. Usa las etiquetas para crear acciones, compartirlas en un mismo canal o para que lleguen a quienes realmente les interesa. A partir de la quinta etiqueta, su conexión con la imagen es muy limitada. Créeme, llevo años etiquetando fotos. Y si quieres ganar seguidores, comparte contenido de calidad. @MiMesaCojea no tiene miles de seguidores en Twitter porque sea más o menos guapo o porque lo etiquete todo, sino por la calidad de sus contenidos. La calidad de los contenidos o el interés que puedan despertar te ayudarán a crecer en la red. Si no creces, no es porque tus fotos no tengan más etiquetas que un jersey de Zara. Busca visibilidad, pero no a base de auténticos parrafos de hashtags. El mensaje que das es “QUIERO VISIBILIDAD Y FOLLOWERS COMO SEA.COM”.
Como le diría al señor Amancio Ortega: “Tío, no te pases con las etiquetas, que son muy molestas”. Paz, compis ;-)