Entremos en materia, a todos los festivales hay diferentes tribus que conviven entre ellas a lo largo de la duracion de este. En el caso del Azkena Rock hay diferentes tipos de personajes que van a disfrutar del rock mas puro que se pueda escuchar, tenemos a los entendidos, gente que controla el rock, tenemos a los amigos de gafapasta, gente que calza esas lentes adornadas con curiosas monturas, que son muy entendidos ellos, pero que casi nunca llegan a apreciar la movida pura, y por supuesto el lado duro del rock o el lado mas sureño del rock no va con ellos. Despues estan los normales, una especie tan simple y sosa como las pipas naturales de girasol, no tienen gracia absoluta. Tambien encontramos guiris que suelen dar un toque exotico al asunto, pero si hay que poner en un altar a alguna especie esta será la de los punkis o pies negros veraniegos, gente que con aspecto punkie y cuatro duros se hacen el veranito. Digamos que esta gente no es la tipica que te encuentras en un parque tirada en los San Fermines o en las fiestas de Vitoria, tienen algo mas de estilo, aunque solo un poco mas.
Estaba sentado junto a una amiga en el parque de la Florida, que para muchos punkies vividores y nomadas veraniegos ha sido su albergue temporal, es curioso ver como el parque mas bonito y mas viejo de Vitoria, situado en pleno centro de la ciudad y rodeado de eddificios de alto valor se convierte en parada obligatoria de esta gente. El caso es que estabamos sentados y vimos como de la nada aparecía un tipejo con pantalones y camiseta interios de tirantes blanca, con el pelo cardadisimo al mas puro estilo Sleazy de los 80, y se tiraba a la hierba del parque, despues merodeaó por el estanque y finalmente se fue perdiendo por el paseo que te lleva hasta el recinto del festival. Llevaba la camiseta pintorrojeada y una cara de estar muerto de cansancio, y se movía tranquilo, sin prisa alguna por llegar o hacer algo. Me fijé en que llevaba la pulserita para acceder al recinto, a lo que yo le dije a mi acompañante “será un pies negros pijo cualquiera…” Nos levantamos y nos fuimos, pasaron un par de días y cual es mi sorpresa cuando abro una revista y me encuentro una foto: