Cuando los catalogos son como revistas porno…

Cuando veiamos hacia el horizonte una minima luz, un rayo de esperanza, todo se ha ido al garete. El ocaso de la cicilización culta murió años atras. No con las guerras del siglo XX, ni siquiera con la censura, ni mucho menos con el cine o el declive del teatro no… Todo era mucho mejor desde que los escandinavos crearon el anticristo de la cultura, algo llamado en el mundo como IKEA.

Si hermanos y hermanas, gracias a Ikea hemos pasado de ser simples humanos con un trabajo, familia, descendencia y un perrito faldero que te traiga el periodico a seres subinteligentes que trabajan 8 horas diarias para comprarnos inutiles muebles de calidad discutible. Y es que seamos serios, ¿por qué cambiamos los muebles antiguos heredados de nuestros padres, robustos, de materiales duros como roble, haya o cerezo, por asquerosos trozos de aglomerado de colores vivos a un precio discutible tambien? Y si los muebles son peqcados capitales como la gula, una comparación con una pajilla sería la enorme lista de complementos y accesorios para el hogar. Tazas con palabros noruegos, cajas de carton pintadas a mano a precio de caviar (esto se compra en el todo a cien señores, y nos sale mas barato), asientos y sillas de todas las formas colores y demas hasta vajillas de cristal, ya que nosotros al ser jovenes que no sabemos lavar platos que se nos caen cada dos días desconocemos la existencia del barato material que nuestros padres descubrieron: el maravilloso duralex (en toda gama de tipos de elementos, desde vasos de agua hasta copas de cava). La cosa es que no nos sirve ir a Ikea semanalmente y decir: uy cariño, esto a mi madre le quedaria perfecto junto al gato de porcelana, o por ejemplo, cari nos llevamos esta bola naranja enorme para asiento en la salita de mi mini buhardilla. Los malditos escandinavos, esos malditos hijos de los vikingos tuvieron que crear la biblia de su anticristo particular, hablamos del catalogo Ikea.

Esta gente ha conseguido lo que parece y parecía imposible: pagar por la propaganda. Porque nosotros vamos al super de la esquina del barrio, por ejemplo, un eroski, y nos regalan un librazo tamaño listin telefonico de grosor con todas las ofertas, incluso las de la sección congelados oiga. Pero no, ikea es la cremme de la crémme, es el ferrari contra un Ford Fiesta, y no pueden regalar un catalogo de su tienda, es como si nos regalasen la revista ideas del hogar. Ahora llegas a un kiosko y le pides a Manolo (porque casi todos los quiosqueros de este pais se llaman asi) el marca, el pais, la interviu, los cromos de pokemon para tu sobrino y el catalogo del ikea.

gracias a dios el imperio del mal aún no tiene sede social en esta santa ciudad, aunque con los tiempos que corren, me los veo venir…