Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

Día 23

Creo que he normalizado el confinamiento. No diré que me gusta esta situación, pero es cierto que me he amoldado bastante bien y hoy me encuentro bien en este encarcelamiento light. Lo he comentado con algunas personas y es cierto que es una sensación compartida. Hemos sabido aceptar la ravedad del asunto, y aunque ha habido miles de denuncias lo cierto es que la sociedad está sabiendo hacer frente a este virus.

Como decía, después de casi un mes de encierro me encuentro francamente cómodo en casa. Es probable que en una semana se vuelva a la normalidad en una serie de puestos de trabajo, pero presiento que el mío será de los últimos. El teletrabajo está dando buenos resultados y mi olfato me dice que seguiré tecleando desde casa hasta finales de mes. Y pese a ello, de momento no me afecta esa perspectiva. Sé que esto es un maratón y que estamos corriendo los primeros kilómetros.

Después de la comida he pensado en todo esto y me he preguntado si se normalizan situaciones peores como puede ser vivir una guerra. Y de ahí me he puesto a pensar en la carga psicológica que debe generarte, y me ha dado cierto miedo. He dejado el tema pero me he sentido afortunado por vivir algo como lo de estos días con todas las comodidades de mi casa.

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Creo que lo mejor que he podido hacer durante esta cuarentena es desarrollar una especie de rutina diaria amén de una serie de actividades sociales y de ocio esparcidas a lo largo de la semana. Si hoy no estoy mental mente más allá que acá es por ello. Y aunque la carga laboral ha sido fuerte en los últimos días, ésta me ayudó a digerir mucho tiempo libre que hubiese sido perjudicial.

Hoy sigo echando de menos los abrazos, pero hoy tengo más mono de la interacción física. Echo de menos el hacer planes con la gente, desde una simple caña a plantear un viaje a Berlín en mayo que ya nunca se dará. ¿Me jode? sí, pero sé que volveré a tomarme esas cañas y que tendré que hacer las maletas una cuarta vez para volar hasta la capital alemana. Solo debo tener paciencia, algo de lo que nunca tuve demasiado. Pero bueno, tocará aprender.

Estas palabras van dedicadas a mi amigo Jorge, al que todos le conocemos como Pivi y que hoy perdió a un amigo de cuatro patas que fue querido será recordado.

Foto hecha con una Canon Prima Zoom 70F.