Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

Las dos Españas

Cada día siento más pereza por todo concepto de soberanía o nacionalidad. Sencillamente me he hartado de tener que esforzarme para sentirme dentro de un pensamiento y/o características  intangibles que forman el concepto de nación. Cada día me aburre más quienes no ven más allá del recalcar su sentimiento nacionalista, sea cual sea. Lo respeto, ojo, pero me dan mucha pereza. Sin embargo, entiendo que soy español y que existe una unidad nacional formada que me hace serlo. Otra cosa es que sienta orgullo y haga de él mi forma de vida.

Otra cosa que tengo clara es que hay diferentes versiones de esta patria llamada España. En cada uno de los enfoques posibles, como poco hay dos tipos de España. Algo que no tiene por qué ser malo, pero que en ocasiones alcanza un nivel absurdo y otras es vergonzoso. Está la España que cree en el federalismo y la que ve intocable la unidad nacional. Está la España que cree en el progresismo y la que se mantiene firme en el inmovilismo.

También está la España convincente y plural frente a la España (con perdón) gilipollas. Y de ésta os quiero hablar. En las últimas horas han ocurrido un par de situaciones que, en otro contexto, serían totalmente diferentes. Vamos a empezar con ésta, ¡Dentro titular!

Simpatizantes del PP y de VOX increpan a Mas durante su votación

Te invito a que veas las imágenes en las que un grupo de personas increpan a Mas, colocando detrás de él banderas y carteles. Hasta Santiago Abascal, candidato de Vox a la presidencia del Gobierno se sentía orgulloso de esa acción. ¡Dentro tuit!

Ahora te pido que uses tu imaginación. ¿Qué ocurriría si dentro de unos meses, un candidato del PP de, no sé, Donostia, es increpado por abertzales al ejercer su derecho a voto? ¿Qué ocurriría si en lugar de ser Santiago Abascal, un patriota como Dios manda, fuese Pernando Barrena quien felicitase a sus cachorros por semejante acción? ¿No crees que otro gallo cantaría? Personalmente, me parece una acción innecesaria y hasta bochornosa, pero a la hora de aplicar el valor popular, hagámoslo en consecuencia. Si lo de ayer hubiese sido firmado por un grupo de independentistas, algunos hubiesen estado tentados de pulsar el botón de llamada a los tanques, aunque en el mejor de los casos, sólo lo compararían con acciones de ETA.

¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? los pequeños detalles. Las banderas exhibidas son símbolos oficiales que buscan crear reacción frente a los que no lo sienten suyo. Juegan bajo los límites legales, pero esto no significa que sea algo correcto. Van a chinchar cual niños pequeños, y por si no nos habíamos dado cuenta, lo de ayer era algo serio.

Algo similar ocurrió en Vitoria-Gasteiz el día de investidura del actual alcalde, Gorka Urtaran. Todos los grupos salvo el PP habían acordado apoyar a Urtaran, del PNV, siendo su partido la tercera fuerza del ayuntamiento. Javier Maroto, candidato a la alcaldía vitoriana, pintó aquella situación como un ataque a la libertad y a los derechos de los vitorianos y vitorianas. En un acto de fuerza, su partido decidió convocar una manifestación oficial frente al ayuntamiento minutos antes de la votación. Aquel baño de multitudes también fue una acción de presión para que grupos como el socialista o el concejal de Irabazi Gasteiz cambiasen de idea. Pese a todo, no lo consiguieron. Usando el marco legal, el PP desarrolló lo más parecido a un escrache legal. La derecha española, que ha desarrollado el marco legal y político actual, se siente cómoda y conoce minuciosamente los márgenes en los que se puede mover sin meter la pata. después, el tema de los sobres, ya tal.

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