Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

No lo llame influencer, llámelo vividor

Durante el EBE coincidí con varios amigos y amigas del mundillo del Social Media. Es lo bueno del EBE, nos juntamos todos los “sospechosos habituales” de ese sector. Hablando con uno de ellos, me dijo una gran verdad: En este país no existen los influencers, sólo gente que chupa del bote. Unos días más tarde coincidí nuevamente con esta persona, y volvimos a tener esa misma charla. Yo mantenía que existía alguno. Esta persona mantenía su teoría, y en el fondo, acabó convenciéndome.

En España no hay influencers. No existe un Pete Cashmore de turno que si dice algo en su blog, genere beneficios o pérdidas. Pensad en esas personas a las que llamáis influencers y haceos esta pregunta: ¿Realmente influyen? Ahora daos unos minutos antes de responder a la pregunta. Reflexionad y finalmente, decidme vuestra opinión. ¿No os esperabais esa respuesta, verdad? Si os paráis a pensar, la gran mayoría de personajes a los que llamaos influyentes, son personas con algo más de 10.000 followers. ¿Creéis que eso es influir en la opinión pública o en la sociedad?

Alguno me dirá: “¡Jordi Évole es influencer!”, y sí, le contestaré que efectivamente, es una persona influyente, pero sí lo es en gran parte ha de agradecérselo a su trabajo. Évole es un personaje de la televisión que ha apostado por estar en las redes sociales. Forjó su celebridad e influencia en el periodismo, y éste ha traspasado las fronteras de dicho sector para llegar al social media. El follonero es influencer en Twitter como lo es Buenafuente, Risto Mejide o cualquier otra celebridad nacional. Cashmore era un desconocido antes de crear Mashable. Su blog le ha generado un reconocimiento internacional, no ha sido culpa de la televisión.

“Está bien. ¿Y qué me dices de Pablo Herreros? ¡Ha ganado la batalla frente a Telecinco!”. Amigo, el bueno de Pablo ha sido un influencer viral. Una especie de mártir 2.0 forjado a base de la movilización de todos nosotros. Si mañana Pablo dice que, por ejemplo, el programa X de la cadena Y es un gran programa y merece ser visto, el programa en cuestión no generará un aumento de audiencia considerable sólo por él. Lo vuelvo a repetir, en este país, los influencers son los famosos que ya lo eran antes de entrar a las redes sociales.

Entonces, ¿Qué son esos influencers que no superan los 20.000 followers? Pues, en un gran porcentaje, gente que chupa del bote. Algunos lo hacen sabiendo lo que son, mientras que otros creen ser el ombligo del mundo. Yo mismo he sido tratado como influencer y francamente, nada más lejos de la realidad. Quien se crea que un tipo como yo puede ser influyente en este país es que tiene un problema.

En este país sobran cuchipandas 2.0 que van de evento en evento chupando del bote, bebiendo cubatas, comiendo y cenando en sitios caros y llevándose regalos caros que en más de una ocasión no se lo merecen. Repito que yo me incluyo en más de una de esas listas. Por suerte, al ser un tipo de provincia, se cuenta poco conmigo, lo que hace que no sea rentable para la gran mayoría de acciones. Como dice otra persona muy allegada a mí, el día que las empresas se enteren que están pagando a agencias para que monten saraos a los que van amigos, Twitter se va a la mierda.

Ojo, no digo que toda la gente sea así. Hay de todo. Por ejemplo, los blogtrips. La gran mayoría de estos se realizan para blogueros de temática turística/viajera, así que suelo entendiendo el por qué de dicha acción. Son formas de publicitar tu municipio, provincia u hotel. Normalmente no quieres que digan lo bueno que es tu producto, sino conseguir visibilidad. Os invito a otra reflexión. Pensad en esos influencers. Los del párrafo anterior. Ahora, pensad en el último evento al que asistieron. Después visitad su blog. ¿Encontráis alguna referencia al producto o servicio que se promocionaba en el evento? Vaya, vaya…

Lo vuelvo a repetir, no hay influencers de renombre en este país, por no decir que los pocos que hay, lo son en temas muy, muy concretos. Dicho esto, queda claro que una persona como yo NUNCA podrá ser influencer, a no ser que me haga famoso por salir en Gran Hermano, ser novio de alguna famosa o algo por el estilo. Puedo hablar de tu producto en mi blog, y puedo recibir algún regalo nada excesivo. Incluso puedo recibir una pequeña remuneración por escribir un post (remuneración que nunca sobrepasará los 100 euros). Pero nunca, absolutamente nunca me podré llamar influencer. Si cada noche cuando doy las buenas noches recibo una o dos contestaciones, ¿Crees que la gente me tiene el suficiente aprecio y respeto como para hacerme caso como persona de referencia? Difícil, muy difícil, amigo mío.

Y ahora, con su permiso, me voy a poner las protecciones para no hacerme daño con los ataques que voy a recibir.

12 comentarios

  1. ¿Y por qué no usas una palabra en español para definir eso que tú llamar ‘influencer’?

  2. Una cosa sintomática es que la mayoría de influencers o incluso la mayoría de los denominados Gurús en España, no generan beneficios en sus empresas. Hay un par o tres de los más famosos que jamás han generado ningún tipo de beneficio en sus compañias. Pero luego, se hartan de dar consejos, de quedar chupiguay en twitter o dar conferencias a todo aquel que los escucha.

  3. Pues yo sigo pensando que hay que separar el grano de la paja ya que mucha gente no sabe que es eso de “influencer” y termina metiendo en el mismo saco a todo el mundo.

    ¿Que la cantidad de gente que movilizan es irrisioria? Ya llegará el momento. Yo es que separo entre el vividor 2.0 y el auténtico influyente especialista. A ver, por ejemplo, no voy a beber una marca de tónica porque Luisete ande por ahí en un evento, pero si está en una hamburguesería, amigo, eso ya es otra cosa. O si el evento es de cámaras de fotos, por ahí tengo a Mauro. Y en los blogtrips ya se quienes son los auténticos profesionales y no los “tuiteros de vacaciones” :-)

    En fin, que más o menos sabemos como empezó esto y como se ha pervertido la palabra.

  4. Venía yo a decir lo mismo que Bori. [Persona] influyente, aunque no quede tan anglo.

    Jordi Évole y toda esa tropa de memos que mencionas sólo son eso: memos pretenciosos. Pero ahí te equivocas, porque sí son influyentes. Por ejemplo, el egocéntrico de Pablo Herreros, sí ha conseguido hacer perder mucho dinero a Mediaset. Sólo por haber influído en algo tan (según él y su actitud alarmista) “dramático”, ya es influyente, para desgracia de los que no tenemos moral cristiana evangélica. Y supongo que el estado de Évole, Buenafuente y compañía, ahora es distinto. En televisión nunca se han comido una rosca, así que, aunque vengan de televisión, sí han conseguido hacerse más famosos en Twitter y hacer de él su medio casi natural a base de dar la brasa con su corrección política. Y, por desgracia, sí son influyentes.

    Y los Enrique Dance, Kuriosos y estas estrellas con más ego que principios, influyen. Lamento desmontarte el artículo porque me gustaría que no lo fuesen, pero esta gente sí tiene cierto poder para apadrinar el pensamiento de miles de personas; consiguen formar la opinión de mucha gente que no tiene personalidad y de ellos es de donde suelen salir las polleces más innecesarias de Twitter: el otro día vomitaron sobre Change.org intentando que la gente firmase una petición para nadie sabe qué, pero consiguieron cien mil firmas. “Esta firma supone la lucha por los derechos que tenemos los españoles”, dijo una muchacha desorientada en los comentarios de la petición y que no tenía ni zorra de lo que decía.

    Pero todo esto que estoy diciendo es lluvia sobre mojado, porque la humanidad siempre ha necesitado y necesitará líderes de opinión e Internet no ha cambiado eso, por mucho que nos lo intenten vender (por supuesto, Enrique Dance y el fascista de su amigo judío, ese que es dueño de Fon, Polanski, Kandinsky o como se llame) como un medio que “revoluciona la forma de comunicarse”. No, tío, es lo mismo de toda la vida, pero en otro soporte: gente dejándose llevar por lo que dice un puñado de pringados que están forrados porque dominan el arte de vender motos.

    Desde luego, no son Pete Cashmore porque ese juega en otra liga, pero sí son igual de influyentes, aunque con la personalidad de un lápiz quitándole la punta.

  5. El problema, más que el que no haya influencers como tal, es la poca importancia que se da a la generación de contenido sobre el ruido. Que alguien con 10.000 followers diga algo sobre tu marca en Twitter puede tener una reacción bastante amplia pero Twitter no se indexa y se queda en ruido de una noche; no obstante, si en los eventos se seleccionara en función de la temática de los bloggers el tema no sería tan flagrante. Si a alguien de gastronomía, viajes o tecnología les invitas respectivamente a una cata, un blog trip o una prueba de producto lo más probable es que consigas que hable de ello en su blog. Quizás no sea un blog influyente, pero si cada vez más los usuarios buscan información en blogs sobre un tema en cuestión y llega a una opinión especializada, quizás lo tenga en cuenta, porque estos se indexan y se posicionan en función del SEO propiamente dicho, de los comentarios y las visitas.

  6. Me he reído lo suyo, aunque …que manera de dramatizar. Con solo 500 seguidores hay cirujanos, ingenieros automotrices y alguna consejera delegada en Twitter que son influyentes (porque lo que importa es el impacto, no los seguidores). Pero sí, puede que no estén en temas de turismo. A veces, hay temas menores :)

    Saludos y enhorabuena por el post,
    Mando

  7. Me mola lo que dices y hay gente así.
    De todas formas creo que mezclas muchos conceptos: evento en el que sirven copas y van tres frikis con muchos followers frente a presentaciones de producto al que van personas que tratan temas de contenido afín ;)

    El segundo siempre ha existido y no pasa nada. Al final los que venden su TL a marcas caerán por su propio peso :)

  8. No Clara, no mezclo. El problema es que eso debería ser así, pero ha acabado mezclándose. Es algo que veo a diario. Creemos que tenemos grandes referentes en sectores concretos, pero su influencia es bastante corta. Llega hasta su zona de seguidores, que normalmente no es tan extensa como se cree.

    Bori, lee, animal de bellota, ya hemos mencionado a Enriquito.

    Salvador Clavell, +1000 a lo que comentas. Aquí puede haber un debate entre el gurú, que puede Ser Enrique Dans y que apenas va a saraos sino más bien es invitado a dar charlas donde para algunos vende humo, y luego están los influencers, que son personas que no tienen por que tener un blog especifico de un tema pero que asisten a fiestas, eventos, actos a cambio de generar ruido o algún tipo de contenido. Y luego está el influencer que recibe el producto en su casa, lo prueba, escribe un post hablando sobre él y hale, buenas noches. Cada uno tiene su sitio ;-)

  9. Se ofrece Influencer: Disponibilidad para fiestas, regalos caros. Ingenioso, resuelto, don de gentes. Preferiblemente temas relacionados con grandes fortunas, fotografía y deportivos de alta cilindrada. Por favor abstenerse eventos sesudos con gente con barba y muchas dioptrías. Ya tu sabes @littlepiltra

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