Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

Y llegó el porno a nuestras vidas

Puedes haber crecido sin haber visto Bambi. Incluso has podido crecer sin ver los Trotamusicos en televisión española, pero lo que es imposible es haber crecido en los últimos 30 años en España sin haber visto una peli porno. Al menos si eres hombre y hetero es imposible. Porque si, porque es un clásico básico en las etapas de madurez del macho español. Algunos se la encontraron a su padre. Otros tuvieron la suerte de verlas en Canal + ¡sin codificar! el caso es que todos hemos visto una. Luego estan los que nunca vieron una, esos son los raros que tenían un video Beta o peor, no hablaban nunca sobre ello. Creciste creyendo que eran mariquitas, y hoy follan más que tú.

Lo clásico era que tu mejor amigo tuviese una que era de su hermano mayor, y él te la prestaba por un tiempo. Por un tiempo… eso dijeron los ingleses hace un siglo a los egipcios, que se llevaban sus tesoros “por un tiempo”, y ya ves tú. Bueno, el caso es que  ahí estabas tú, con esa VHS marca TDK sin titulo delante del video. Solo en casa, con las persianas bajadas, no vaya a ser que un vecino alertase a tus padres del pecado mortal que estabas a punto de cometer. Arrancaba la película y bueno, nada del otro mundo, se llamaba “Sodoma y Gomorra”, así que pensabas: vaya mierda, esto huele a peli bíblica. Y efectivamente, ahí empezaban a salir reyes del lejano oriente rodeado de criadas. Y bueno, todo era normal hasta que las criadas se desnudaban y el rey hacia lo mismo y… ¡JODER! algo había cambiado en ti: habías pasado de ser un niño a ser un jodido pervertido, todo en apenas 5 minutos. Sentías una extraña sensación de ver más y más guarradas de esas, y algo crecía dentro de ti, o bueno, a veces fuera. ¿Te habías hecho mayor? ¿Eras ya un adulto? no, solo te habías convertido en pajillero, algo que te acompañará hasta el último momento de tu vida.

Total, que debías camuflar esa cinta entre las de tu casa para que pasase inadvertida. He aquí un clásico de finales de los 80 y comienzos de los 90: sustituir la cinta del bautizo de un primo por una peli porno. Era ideal porque nadie veía esas películas. Nadie hasta que ese crío llega a hacer la primera comunión y a tu madre le da por ver como era el susodicho de pequeño. En fin, ¿a quien no le ha pasado algo así?

Ahora todo ha cambiado y el porno ha perdido su encanto. Porque en mis tiempos tener una cinta con una peli porno era algo que te daba cierto poder, como cierto status de importancia entre los críos de tu barrio. Tenías una Private y eras un crack, tenías una peli y eras el rey del cotarro. Todos la querían, pero tú no se la dejabas a nadie, con lo que cada poco acababas montando una sesión de cine porno en tu casa. Siete niños absortos viendo pornografía dura, ríete tú de la corrupción de menores del Arny.

Hablando de películas porno, ¿alguien ha visto una peli entera? ¡es imposible! yo he llegado a creer que en realidad las rellenan con imágenes grabadas directamente de la tele para que parezcan más raras, pero esto lo desestimé el día que me bajé mi primera peli X en el ordenador y pude ir adelantando la peli sin tener que pasarme 20 minutos rebobinando la cinta.

Quizás las féminas no hayan pasado por esto, pero me juego el cuello a que más de uno de los lectores se identifica con esto. Son recuerdos bizarros, pero no dejan de ser parte de nuestra historia, de nuestra rebeldía por creernos adultos.

 

6 comentarios

  1. Internet killed the porn star… xD

    P.D.: Suscribo todo lo escrito, parece que mi experiencia es la de todo el miundo…

  2. Cuantisima razón, que recuerdos. Yo tenia canal+ y sobre la 1 de la madrugada era la hora del ninja! Levantarse y encender la tele sin que nadie se diese cuenta….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *