Diario de un píxel
El blog personal de @pixelillo

Reflexionemos sobre Telecinco

Si nos ponemos a discutir sobre Telecinco tenemos de que hablar durante días. Son muchas las opiniones vertidas sobre la cadena privada de Fuencarral, para bien o para mal. Telecinco cada día genera más seguidores y detractores, los cuales generan opiniones diversas que chocan las unas contra las otras. Yo soy de los que tiene una opinión amplia sobre su política de contenidos, dándole a veces la razón y quitándosela en otras cosas. ¿Por qué no reflexionamos un poco sobre Telecinco y sus productos? tenemos para largo y tendido…

¿Empezamos repasando la historia creativa de la cadena? porque si hablamos de Telecinco, hablamos de caspa desde sus inicios. Personajes como Jesús Gil, Fernando Esteso o Manolo Escobar han sido presentadores de nuestra “cadena amiga”. ¿En qué pensarían al poner al señor Escobar al frente de un programa como goles son amores? desde luego, la cultura de la parrilla de Telecinco nunca ha sido muy fuerte que digamos. Siempre fue una cadena que buscaba un público poco o nada culto. Y eso no lo digo yo, lo dicen sus programas. “Ay, que calor”, “Contacto con tacto” o “uno para todas” tuvieron su momento, entretenían y tal, pero hay que reconocer que no eran perlas culturales. No todas las cadenas tienen que ser ejemplos de gafapastismo como La 2, pero tampoco tienen que sacar lo más simple del ser humano. Durante los 90 los de Telecinco nos vendieron chistes, caspa, carne al aire y poco más. Tuvieron series agradables de ver en los años posteriores, como “Medico de Familia”, “Al salir de clase” o “El Comisario”. Quizás éste sea el mejor punto a favor de los de Fuencarral, su gran apuesta por series de ficción. De hecho, durante mucho tiempo ellos han funcionado mientras el resto mordía el polvo. Apostaron por los late night shows, por los reality shows… hicieron apuestas importantes y fueron pioneros en muchas de ellas.

¿Qué nos queda ahora? vivimos en 2010, un año marcado por la que se supone es la era de la TDT. Cada cadena dispone de dos o tres canales extra para crear una red de canales en las que puede otorgar a cada uno un contenido específico. Telecinco básicamente apuesta por potenciar el refrito del canal principal, algo que por desgracia copia el resto del sector. ¿De que se nutre Telecinco? hay que reconocerlo: de lo peor que hay en la actualidad. Telecinco vive del periodismo fácil y barato, y ojo, no me meto con sus profesionales, sino con su linea editorial. En Telecinco lo que ves o es digno del “Hola” o digno de “El Caso”. Cero cultura, cero didáctico, casi al 100% telebasura. Esto tampoco no tiene porque ser malo del todo. La comida basura es una alternativa (poco sana) a la normal. Quien come en un McDonalds sabe a lo que se enfrenta. Telecinco ofrece Big Macs, productos simples, malos y con cierto punto adictivo que si, pueden ser devorados pero que resultan poco interesantes o sanos. No nos aportan nada, o muy poco la verdad. Pero tampoco pedimos a McDonalds lo que nos puede aportar El Bulli, por eso tampoco exijo mucho más a Telecinco. Yo a los que visitan mi ciudad no les recomiendo para comer un McDonalds, como tampoco recomiendo Telecinco como cadena de calidad.

Si vemos el target medio de Telecinco nos encontraríamos a personas con estudios medios, bajos o nulos. Amas de casa, niños, adultos de edad media… el gafapastas, el intelectual o la persona que pide mas calidad a una televisión no es el público objetivo de esa cadena. Ellos se basan en su target, un target éste que poco a poco creo yo va a ir disminuyendo o evolucionando. Pese a ello, esto no va a significar la desaparición del modelo de negocio de Telecinco. Si os fijáis, en los 90 la prensa rosa era otra cosa, algo con mas glamour (celebridades, actores, deportistas, nobleza…) que ha ido evolucionando en famosismo de barrio. La Carolina de Mónaco de turno ha pasado a ser Belén Esteban, y como ella decenas de personajes salidos de la calle sin nombre alguno. Mientras haya prensa rosa y sensacionalismo barato habrá Telecinco para rato, nos guste o no, es lo que una parte importante de nuestro país quiere degustar cuando se pone delante de la TV, nos guste o no.

¿Cuál es la solución? desde luego no podemos pedir el cierre de Telecinco. Sería estúpido, puesto que no pedimos el cierre de otros productos de calidad dudosa. Lo que debemos hacer es sencillamente omitirlo de nuestras vidas. Al que no le guste sencillamente que no hable. La mejor herramienta para hacer que las cosas desaparezcan es arrastrarlas al olvido. Por eso, cuando dejemos de hablar de la basura, ésta desaparecerá. No hay que obligar a la cadena a que se replantee sus emisiones, tan sólo demostrar que no son lo que el público quiere. Por desgracia, si esos programas aun se emiten es porque la gente los demanda, así que quizás más que Telecinco hay que cambiar a la gente…

2 comentarios

  1. Completamente de acuerdo en casi todo, caballero, menos en la comparación con los Big Macs. :P
    Ya lo dijo Ferrán Adria:
    “Si contrataran a los 10 mejores cocineros del mundo, no podrían hacer una mejor hamburguesa con ese valor. Subirían el precio y harían una hamburguesa de la mejor calidad con carne fresca. Y la gente tendría la opción de comerla, pero pagando tres veces más”

  2. Yo he omitido TeleCinco de mi vida y solo lo pongo de vez en cuando a mediodía porque Marta Fernandez me tiene loco, pero eso no es un noticiario, es El Caso.

    Por cierto, a finales de los noventa Telecinco empezó a ser de mi agrado cuando pusieron en marcha CQC, y algún programa similar, además de la producción propia (aunque no me tragué Médico “para todos los públicos” de Familia). Entonces pensaba que había superado su época de Tetacinco… pero ahora es basura pura.

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